El pasado 15 de octubre fue el día en el que por primera vez, en toda la historia de la humanidad, los pueblos de todo el mundo nos unimos. Y lo hicimos para tomar conciencia de que el cambio global es necesario, un mundo a escala humana, en el que la igualdad, la fraternidad y la justicia sean por fin el eje vertebrador de nuestras sociedades.
Todos los países del mundo tienen un final, y esta crisis parece el principio del fin de este imperio capitalista occidental.
Hoy es un día para estar alegre, porque entre todos vamos a construir un mundo mucho mejor, un proceso que empezó hace mucho pero que ahora se empieza a hacer masivo. Cada día somos más los que hemos despertado.
Estas manifestaciones se repetiran próximamente, con el fin de que una vez por todas, los gobiernos de todos los países actúen con sensatez en favor de todos.
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